Nací en 1966 en un pequeño pueblo de Jutlandia, Dinamarca. Crecí en una familia cariñosa y estable, con mis cuatro abuelos viviendo a menos de 500 metros de mi casa. Sus historias me encantaba escucharlas y luego desarrollarlas en mi mundo imaginario. A menudo, probaba las historias con mi perro, Billie, antes de presentarlas a mis amigas.

A los 12 años, mis padres cumplieron mi mayor deseo: me dieron un caballo, Camilla. Sin embargo, con la condición de que yo misma pagara por el establo y la alimentación del caballo.

Fui en bicicleta a las granjas de los alrededores y pronto conseguí un trabajo como ayudante de cuadras a cambio de espacio para Camilla y su comida.

Mi caballo era demasiado joven para montar, así que descubrí que podía comunicarme con ella, aprender de ella y enseñarle diferentes habilidades.

Así, ya estaba involucrada en lo que se convertiría en gran parte de mi carrera: la comunicación no verbal, la vida de campo y la narración de historias.

Me encantaba ir al colegio, hacía muchas preguntas y disfrutaba ampliando mis horizontes, pero lo mejor eran las madrugadas en el establo y de nuevo por la tarde.

Trabajé durante muchos años en el campo y tenía el objetivo de convertirme en agricultora. Pero cuando descubrí que no se puede salir de las crisis produciendo en la agricultura (debido al clima, enfermedades y regulaciones de la CEE), un día dejé mis botas, me puse tacones y me formé en el sector del transporte marítimo en Copenhague.

La vida en la capital fue una gran experiencia para mí, y absorbí todo tipo de vivencias. Sin embargo, algo faltaba, y en 1989, junto a mi entonces novio, Martin, decidimos mudarnos de Dinamarca a España. Aquí, establecimos Norrbom Marketing, una agencia de publicidad y marketing que pronto comenzó a publicar revistas mensuales para las colonias escandinavas en el sur de España.

Trabajé como periodista y jefa de redacción durante 28 años, hasta que vendí mi parte de la empresa a Martin. En 1996, nos separamos en lo personal, pero seguíamos siendo socios y hoy somos amigos. Ese mismo año, conocí a Peter, con quien estoy casada hoy en día. Llevamos una vida encantadora en nuestra antigua casa junto a nuestros perros, Alma y Billie.

En 2010, caminaba por un sendero de burros en Mallorca y conocí a una mujer que sembró una nueva semilla en mí: la teoría cuántica y la medicina integrativa basada en la energía. Me sumergí en mis estudios y obtuve mi certificación como BodyTalker en 2012. Mientras continuaba dirigiendo Norrbom Marketing con Martin, abrí la clínica BodyTalk Torreblanca, y realicé miles de sesiones tanto con personas como con animales.

Durante este tiempo, me seguí formando en comunicación no verbal y viajé por muchos países, donde el trabajo con los animales fue especialmente gratificante. Después de un largo desvío, sentí que se cerraba un ciclo y las botas volvieron a formar parte de mi atuendo.

Durante la crisis del Covid-19, comencé a trabajar como voluntaria en un refugio para burros maltratados y descuidados, Donkey Dreamland Mijas. Ya de niña, me había enamorado de estos nobles animales cuando vacacionábamos en España, y mi admiración por los burros no disminuyó cuando los volví a encontrar con respeto y humildad.

Mi gran amor burril, Lauritz, nunca deja de enseñarme sobre la calma, el propósito, la esperanza y la paciencia; y, por supuesto, es la inspiración detrás de Sancho, el burro de mi novela, Calima.

Hoy en día, utilizo mis dones especiales y mi experiencia de vida para escribir novelas.

El sueño de convertirme en escritora a tiempo completo siempre ha estado presente en mí, y a medida que pasan los años, me conecto cada vez más con la sinceridad que el sueño despertó en mí. He amado todo lo que he hecho: el cole, la agricultura, la industria de transporte marítimo, dirigir mi empresa, los estudios de teoría cuántica y comunicación no verbal, y especialmente el trabajo con los animales. Ahora, parece que puedo unirlo todo en mis novelas. ¡Guau!